Tal
vez hemos vivido tanto tiempo entre la guerra que se nos olvidó que el amor no
distingue entre razas, no comulga ni se casa con credos, no diferencia entre
sexos, no respeta la edad, ni discrimina por plata. Tal vez se nos olvidó que
el amor no tiene prejuicios, por lo que claramente no juzga, no condena, no
escoge, no clasifica, no toma partidos ni señala. El amor es universal y tarde
o temprano lo trasciende todo: los caprichos de las mentes que se niegan a
reconocerlo, los insultos que emergen de la diferencia, y la opresión nacida
del odio y del miedo.
La adopción homoparental es la adopción de un niño por parte de una persona o una pareja de personas homosexuales, formándose una familia homoparental.
La adopción
por parte de parejas del mismo sexo es legal en quince países y en algunas
jurisdicciones de otros tres; además, es legal la adopción del hijo del cónyuge
en otros cinco. Sin embargo, no es reconocida en la mayor parte de los países,
aunque en algunos se debate permitirla coincidentemente a la aprobación del
matrimonio igualitario.
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